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EL CENÁCULO: OYENTES Y ORANTES.

Dice Jesús:
" CUANDO DOS O TRES, ESTEIS REUNIDOS EN MI NOMBRE, ALLÍ ESTARÉ YO".

La lectura orante de la Biblia

"No es una simple lectura, ni tampoco un estudio. Leer la Biblia es como prender un fueguito. Hacer la lectio es como quedarse a su lado mirándolo lento, mientras dejás que el calorcito se te meta adentro"

Mamerto Menapace (Sufrir pasa: reflexiones para Cuaresma - Ed. Patria Grande)

 

Todo cristiano y si es catequista o agente pastoral,con mayor motivo, debe cimentar su vida de fe en una práctica constante de la lectura de la Biblia. El contacto asiduo con la Palabra de Dios nos va abriendo el corazón y nos hace más permeables a su mensaje.

Para transmitir el evangelio a los demás primero hay que ser evangelizado, y este proceso no termina nunca pues siempre hay algo nuevo que Dios tiene para decirnos.

La lectura, reflexión y oración diaria, a solas y si es posible en comunidad, de a dos o como se pueda (porque rezar con otros renueva la fe y es imprescindible para crecer), va construyendo en nuestra vida esos cimientos sólidos de los que nos habla Jesús en la comparación de la casa edificada sobre roca (Mt. 7, 24-27). Si nuestra vida de fe la cimentamos sobre la Palabra de Dios nuestra vocación de enseñar el evangelio crecerá y dará los frutos que el Señor espera de nuestro trabajo.

 

Aprendiendo del pasado...

Esta lectura orante de la Biblia recibe el nombre de Lectio Divina. Esta práctica es tan antigua como la Iglesia misma. Este nombre se atribuye a Orígenes, quien afirmaba que la lectura de la Biblia exigía mucha atención y continuidad para que diera frutos.

La práctica de la lectura orante tiene antecedentes en los primeros siglos de la Iglesia. Desdela aparición de los primeros escritos las comunidades cristianas se reunian para realizar la lectura orante dela palabra, desde la fe en Jesús, el Resucitado, y animados por su Espíritu. Pero es recien hacia el año 1150 cuando un monje llamado Guigo escribe un método para realizarla proponiendo los cuatro pasos: la lectura, la meditación, la oración y la contemplación , que con algunas variantes perduran hasta nuestros días.

Es importante tener en cuenta que en la Edad Media, cuando el monje Guigo propone estos pasos para leer la Biblia con provecho y encontrar en ella las raíces de toda espiritualidad verdadera, la Lectio Divina estaba unida a la vidacotidiana de los monjes de auquel tiempo. Los ritmos del día acompañaban los momentos de oración y el lema de vida era "Ora et labora", o sea Rezar y Trabajar.

La vida, lo cotidiano, expresado en la dura tarea del trabajo para sobrevivir se integraba en armonía con la oración y la vida de fe. En nuestros días se tiende a separar las esferas de la fe y de la vida cotidiana.

Como cristianos debemos esforzarnos en integrar ambas realidades, que son como las caras de una misma moneda. la fe se vive y se juega en las cosas de todos los días. la unida entre fe y vida es vital para que podamos responder, con Jesús, al desafío de construir el Reino de Dios.

Bueno, todo esto es para dejar bien sentado que si no rezamos poniendo delante del Señor y de los hermanos nuestra vida, sus conflictos y alegrías, sus dolores e incertidumbres, a nuestra oración le va a faltar encarnarse y es posible que la lectura de la Palabra de Dios termine siendo un rito más, vacío y alienante.

 

¿Cómo hacer hoy la Lectura orante de la Biblia?

El esquema que te proponemos te puede facilitar la lectura orante de la Biblia en forma personal, pero lo más provechoso es hacerla en comunidad.

Una reunión de comunidad, o de un grupo bíblico, o un encuentro de catequistas pueden ser la ocasión para utilizar esta propuesta, Es una buena manera de ir profundizando en el conocimiento bíblico y en la oración, y de unir ambas para escuchar mejor los desafíos que el Señor nos está pidiendo para vivir la fe en forma auténtica en los tiempos que vivimos.

El esquema que te proponemos es un marco general que puede ser adaptado para cada grupo en particular según sus características. Es importante señalar que esta metodología va ganando en profundidad a medida que se practica.

No hace falta la presencia de ningún "doctor en Biblia", pues se intenta recuperar una lectura y reflexión popular de la misma, pero sí ayuda que alguien coordine la reunión, que haya quien "prepare" algunos elementos sobre el contexto histórico, geográfico y social del texto, y es conveniente que todos tengan Biblia o por lo menos una copia del texto a trabajar.

¥ Comenzar el encuentro compartiendo informalmente lo que nos pasó en la semana, qué novedades personales tenemos, qué hechos sucedieron en el barrio, el país o el mundo que nos impactaron y nos hicieron pensar, si es un grupo de catequistas: cómo nos fue en el último encuentro con los chicos. (Esto es como el precalentamiento que realizan los deportistas antes de comenzar sus prácticas, es necesario para ablandar el grupo, entrar en confianza y recoger cosas que después se ofreceran o meditaran en la oración).

- Lectura y trabajo del texto elegido.

Es bueno que todos tengan la Biblia, o el texto fotocopiado.

a) Lectura:

Leerlo tranquilo, un par de veces. Ayuda leerlo en voz alta. Se puede intentar luego de la lectura reconstruir el texto, haciendo una ronda e invitando a que cada participante recuerde un pedacito del texto, en lo posible en orden cronológico. Es muy común que entre todos se reconstruyan hasta los más mínimos detalles. Atenerse sólo a lo que dice el texto, no interpretarlo todavía en este primer paso.

b) Trabajo con el texto:

en este momento se aportan todos los elementos literarios, históricos, sociales, etc. que nos permitan entender mejor lo que el texto dice. Se podrían agrupar los elementos en tres categorías:

- Nivel Literario: compartir lo que sabemos sobre el género literario, el lenguaje, el estilo, observar los detalles, las partes en que está dividido.

- Nivel Histórico: compartir lo que sabemos sobre la situación histórica del pueblo en ese momento, analizar los personajes que aparecen, que sabemos de ellos. Aportar todos los detalles sociales, políticos, económicos, geográficos, culturales y religiosos que nos permitan reconstruir la época y la sociedad en que fue escrito el texto leido.

- Nivel Teológico: descubrir cuál es el mensaje del texto para el pueblo de ese tiempo, en las circunstancias históricas que vimos en el punto anterior y expresado en los términos literarios que también compartimos previamente.

El objetivo de este primer paso es responder a la pregunta ¿qué dice el texto?

- Meditación.

Es el momento de rumiar el texto. "Sacarle jugo", es decir encontrarle sentido y relación con nuestra vida. Comprender e interpretar cuál es el mensaje del texto para nuestros días. Actualizarlo, comparar su mensaje con la situaciones que vivimos hoy y dejar que la Palabra las ilumine y nos guíe en el mejor camino para construir el Reino. el esfuerzo en este punto se concentra en encarnar la Palabra leída en los desafíos de nuestras vidas personales, comunitarias y sociales. Escuchar a Dios que habla desde los acontecimientos que vivimos, que sufrimos y que vislumbramos como semillas de esperanza. Se trata de escuchar a Dios que nos habla con su Palabra desde la historia que compartimos.

Trabajar juntos, ¿esta Palabra de Dios cómo se relaciona con todo lo que vivimos y compartimos en la primera parte del encuentro? ¿cuál es su mensaje para nosotros, hoy, en nuestra realidad actual?

En este segundo momento la intención es responder a la pregunta ¿qué nos dice el texto?

- Oración

Todo lo compartido se presenta ante el Señor. A través de peticiones, acciones de gracias, ofrecimientos, súplicas de perdón, lecturas de salmos o cantos. Expresar en común un compromiso que nazca de lla lectura y meditación dela Palabra.

Hasta este momento Dios es quien ha hablado, primero en lo que dice el texto, luego en lo que el mismo texto nos dice a nosotros. En la oración somos nosotros los que nos dirigimos a Dios, que nos ha hablado.

La meta de este momento responde ala pregunta ¿qué le decimos a Dios, después de escuchar su Palabra?

- Contemplación

Este es el nexo con la vida que continúa luego del encuentro y se prolonga hasta la próxima reunión. Contemplar a Dios es volver la mirada al mundo de todos los días, con sus problemas, sius desafíos e intentar descubrirlo y co-rresponder a su presencia. Se trata de ofrecer un compromiso de vida, que relacionado con el texto leído, meditado y rezado, sea nuestra respuesta concreta a Dios en la vida.

Sinteticemos todo lo compartido en una frase del texto, o en el compromiso asumido. Esa idea o frase nos va a acompañar hasta que nos encontremos nuevamente, tratando de tenerla en cuenta en todo momento y buscando un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración cotidiano donde volver a charlarla con el Señor.

 

Escuchar la Palabra para vivirla

La lectura orante de la Biblia es el mejor camino para encontrarnos con la Palabra viva de Dios.

"En efecto, la Palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo. Penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, sondeando los huesos y los tuétanos para probar los deseos y los pensamientos más íntimos. Toda criatura es transparente ante ella; todo queda desnudo y al descubierto a los ojos de Aquel al que debemos dar cuentas"

Heb. 4, 12-13

Palabra que nos libera de nuestros egoísmos y nos amplía la mirada para ver el mundo con los ojos de Dios, y así poder comprometernos con firmeza, perseverancia y alegría en la transformación de este mundo en el proyecto de Dios: su Reino.

 
Para practicar en forma personal

- Haz el propósito de leer dedicar durante una semana 10 minutos a la lectura de la biblia. Conviene seguir los textos de cada día (están en cualquier agenda), de esta manera te unes a la oración de toda la Iglesia.

- Algunas pistas:

- Lee la lectura un par de veces en silencio.

- Trata de pensar en la época en que el texto fue escrito, para entender mejor qué mensaje contiene (Es bueno leer las introducciones a los diferentes libros que traen la mayoría de las Biblias, así como las notas al pie de página)

- Intenta contestarte la pregunta ¿qué me quiere decir Dios con esto?

- Haz un rato de silencio interior (intenta no pensar sino escuchar, puedes cerrar los ojos, si te ayuda)

- Piensa una intención a la luz del texto, ¿qué le quieres pedir o dar gracias al Señor?

- Busca un compromiso concreto para vivir en el día a la luz del texto. Ofrécelo en la oración.

 

Un ejemplo sencillo

Lectura:

Mc. 4, 1-9 La parábola del sembrador

Trabajo con el texto:

  • ¿Qué es una parábola?
  • ¿Por qué Jesús las usaba?
  • ¿Por qué Jesús utiliza este ejemplo?
  • ¿Cómo era la gente que lo escuchaba?
  • ¿Cómo se sembraba en esa época?
  • ¿Qué representa cada situación?

Meditación:

  • ¿Qué tipo de tierra somos?
  • ¿Cómo recibimos la semilla?
  • ¿Damos fruto?
  • ¿Qué tipo de fruto?
  • ¿Cómo colaborar con el sembrador?

Oración:

A la luz de este texto ¿qué le decimos a Dios?

Contemplación-Compromiso:

Ofrecer una tarea a realizar , una actitud a cambiar, un gesto solidario.